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“Cuentos Impensados”, el nuevo libro de Leo Masliah
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Por: Matías Recis - matias@recis.com.ar
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Renglones disonantes |
Sumergirse en alguna de las obras de Masliah significa descubrir personajes y situaciones propias de un universo hiperbolizado, pero confeccionado a partir de una perspectiva siempre profunda sobre la realidad. Cuentos Impensados (editado por Menosata) no es la excepción. Aquí, floreciendo sobre la huella de Macedonio Fernández, el escritor expande su humor y su creatividad, mientras lo absurdo va fagocitando cada párrafo de este libro (que compagina cuentos, obras de teatro, poesías, ensayos y hasta guiones de historietas y cine).
Paralelamente, sobre cada ápice se abre su vínculo con la música, como en “Multimedia”, un cuento en el que describe la dificultad con la que tropieza al intentar leer un libro escuchando un disco (y sólo encontrar discordancia entre una y otra actividad).
“El público” es otro cuento, pero aquí reflexiona sobre la adulación innecesaria que los músicos profesan sobre sus seguidores. La trama desencadena en una respuesta asombrosa del público que desconcierta al artista, hasta el punto de abandonar el escenario.
Otro de los hemisferios iluminados del libro se posa sobre “Sicoanalista”, un monólogo (grabado en el disco “Contemporáneo”, 2007), en el que un psicólogo desviste los secretos más oscuros sobre su desarrollo profesional.
Mientras tanto, el teatro se filtra sobre el papel de “Cuentos Impensados” en obras como “El eucarionte”, en la que participan 16 actores (entre ellos Guadalupe, una heroína adicta al peyote y a los refrescos light); pero al igual que en “Improntas”, ninguno de ellos entra en escena. Esta última obra cierra además con una recreación en tiempo real de la era mesozoica. Al mismo tiempo, en “Ruido Blanco”, el autor nuevamente desarma los elementos primarios del teatro (actuaciones, diálogos, etc.), y ahora el silencio y la connotación representan los ejes centrales del texto.
De este modo, Masliah entrelaza su inteligencia con su absurdo sortilegio sobre lo cotidiano. Su incansable pluma se ríe de cada uno de los márgenes que habitan dentro y fuera de un libro, y así corrompe los esquemas perennes de cada género que desarrolla.
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