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PABLO DACAL Y LA ORQUESTA DE SALÓN 08/05/2007 - Virasoro Bar Por: Maitén Rinaldi - maiten.rinaldi@hotmail.com
EL POETA EN MOVIMIENTO
No por frío, sino por ser de las primeras que vienen llegando así, la noche estaba fría…muy fría. Igualmente la gente esperaba a los que faltaban en la puerta. Estaba anunciado a las 9, eran y 10 y al parecer ya casi no había lugar. Se percibía un clima alegre, como de grupo de amigos que hace tiempo no se ven. Esta “comunidad”, todos cercanos a los 30 años y muy modernamente prolijos, era reunido por Pablo Dacal. El lugar, “Virasoro” bar.
Una tocada de timbre...y muy amablemente se permitía el ingreso. En seguida el frío de la calle era olvidado y en medio de las copas de vino tinto se procuraba hacer un lugarcito para por lo menos espiar, porque esta “música de salón” no sólo entra por los oídos, sino que tienta ser vista. Fue la primera aparición del año y “11 Temas Y Una Obertura” la forma que le dieron a esta presentación de lo próximo para PABLO DACAL Y LA ORQUESTA DE SALÓN, a saber: “La Era Del Sonido”. Entre temas ya editados como la “Mala Reputación” o “No Podrás Matarme”, se colaron otros que ya flotaron en el ambiente pero no fueron grabados oficialmente: (La silbada) “Fantasía”, “Fantasmas”, “El Mundo Del Espectáculo”, “Historia De Un Hombre Alto” (…muy alto), uno que mencionaba a Perón y otro en el que no funcionaba el computador; todos acústicos, sin una gota de electricidad y con esa ironía-crítica-jocosa, característica del rosarino.
Los temas pasaban (eran los únicos que podían moverse, junto a unas cabezas que sutilmente amagaban seguir el ritmo), mientras que en las mesas se estancaban platos de lo más variados: desde “woks” (término ‘fashion’ si los hay) de pollo, hasta hamburguesas, pasando por fideos con manteca. Esa voz entre ronca, “airosa”, gastada, cansada; la poca luz, la cercanía producida por el apretuje, lo minucioso de los músicos, la sensación de estar en el living de casa, enmarcaban el “evento” de una manera…ideal.
Cerca de la hora de empezado el recital y luego de un pequeño incidente con los cascos de un par de aggiornados y coloridos motoqueros, se fue aproximando el final. Hubo un par de bises, que no fueron tales, sino temas extra que convivieron con el remate de las comidas y con el pedido de otra ronda de copas de tinto para el after-show. Algunos dimos por concluido el momento y emprendimos la retirada con una sonrisa grupal y sin nada de frío, con la impresión de haber pasado una muy bonita “salida entre semana”. Vale el fresco, no cabe duda.
Fotos: Maitén Rinaldi
Mail del fotografo: maiten.rinaldi@hotmail.com
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