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FESTIPULENTA #16 22/02/2013 - Centro Cultural Zaguán Sur Por: Fernando Stefanelli - fernando@recis.com.ar
 Nueva edición del Festipulenta, decimosexta para ser exactos, y nuevamente la cita era en el Zaguán. El día 1 tenía en la grilla a Las Ligas Menores, Carmen Sandiego, Valentín y Los Volcanes y Mujercitas Terror, y contratiempos de transporte público mediante, estuvimos ahí pasadas las 22:30 hs.
Ya desde afuera se escuchaba el show de LAS LIGAS MENORES, una de las bandas de LAPTRA de las que más se viene hablando últimamente y a la cual no le había prestado la atención suficiente la única vez que los había visto en una edición anterior del festival. Evidentemente la primera impresión no había sido acertada, porque en esta segunda actuación me parecieron una buena banda e incluso me motivaron a buscar su EP El Disco Suplente (que se puede escuchar en bandcamp o bajar de la web del sello) al día siguiente, ya en la tranquilidad de mi hogar. Nada muy raro, formación mayoritariamente femenina (a excepción de uno de los guitarristas), canciones indie rock y melodías pop, con la particularidad de la alternancia entre las voces de sus dos guitarristas y la bajista en varios temas. Si bien el Zaguán no es muy grande, ya estaba bastante lleno y los que se agolpaban en la parte de adelante no dudaron en pedir “otra” luego de que sonara “Crecer” (anunciado como el último tema), lo que dice mucho de la aceptación de la actuación de la banda. A continuación, unos veinte minutos después, los visitantes uruguayos CARMEN SANDIEGO largaban un contundente set con “Destape”, el tema que abre su más reciente disco Joven Edad e inmediatamente el público volvía a responder, como sería una constante a lo largo de toda la noche (bah, es una constante en el Festipulenta). Tal como nos adelantaban en la entrevista que hicimos hace un par de semanas, al tocar los dos días, las listas iban a ser distintas y variadas: la de este viernes se centró más que nada en Joven Edad (“Destape”, “Nazareno Cruz”, “Asco al Sexo”) y varios estrenos que probablemente terminen en el disco que nos contaban estaban grabando, como por ejemplo “Chernobyl”, “Fiat 600” o “Hippie Ciruja”. Sin tener registro en vivo de su etapa como como dúo, y por lo que se pudo ver en esta ocasión les creemos que ahora son una banda hecha y derecha (y no un dúo acompañado por bajo y batería). ¿Qué hacen? Canciones power pop marcadas por la interacción de la guitarra eléctrica de Leticia y la criolla de Flavio, así como también de sus voces. Sinceramente el show se hizo corto, pero el bis “Piba Chorra”, una suerte de cover de “Las Pibas Vagas” de La Piba (!), pagó con creces la falta de algunos minutos más (es muy loco como de un original simplemente aberrante pueda salir algo tan bueno). Flavio la hizo arrancar de nuevo para tocarla más rápido y esa versión cuasi punk, coreada por varios de los presentes terminó siendo el cierre perfecto (y tal vez uno de los mejores momentos de la noche) para una actuación que justificó sobradamente su retorno al festival. A esta altura del partido el lugar estaba casi completo y para que siguiera entrando gente tenían que salir otros, por lo cual cada tanto se abría la puerta y un porcentaje de la gente se iba recambiando. Entretanto, ya estaban en el escenario los VALENTÍN Y LOS VOLCANES, con un inusual enroque entre el baterista Facundo Baigorri y el guitarrista y cantante, Jo Goyeneche, con el primero haciendo una canción inédita. Luego de esto, si, todo volvió a la normalidad y “Pequeña Napoleón” inició una lista que abarcó la mayoría de las canciones de Todos los Sábados del Mundo, el muy buen disco que sacaron el año pasado. El “pogo amable” característico del Festipulenta hacía su aparición, mientras los platenses se despachaban con temazos como “Los Chicos de Orense” o la favorita de un servidor: “Los Días Felices”. Llegaba el final y con el clásico “El Gran Hombre” se iba otro show tan agradable como los dos que lo habían precedido. No hay mucho que agregar sobre la banda, con Todos los Sábados del Mundo dieron un paso adelante y lo confirman con cada presentación en vivo. El cierre de la jornada estaba a cargo de MUJERCITAS TERROR y por la naturaleza de su propuesta terminaron siendo elemento heterogéneo de la noche, lo que no significa que lo suyo no haya sido entretenido… aunque si es justo decir que el ataque post punk del trío sacudió al púbico luego de tanta canción y cuidado por las melodías. Acá la cosa venía por otro lado y todas esas descargas de distorsión, electricidad y baterías al palo se sucedían una detrás de la otra, con una cadencia cuasi hipnótica. Ya eran como las tres de la mañana, pero sacando algún pasaje aislado, la intensidad no bajaba. El guitarrista Marcelo Moreyra amagaba terminar, pero tomaba un par de tragos, miraba a sus compañeros y allá iban por otro rato más. Una hora larga de una presentación que no tuvo fisuras y resultó ser un interesante descubrimiento para alguien que no los tenía más que de nombre. Al día siguiente la segunda jornada volvería a tener a Carmen Sandiego, pero acompañados por La Ola Que Quería Ser Chau, Perdedores Pop y Los Reyes del Falsete. Ahí habrán estado muchos de los presentes, aunque ya no este cronista (que evidentemente no es el joven que supo ser). Sin embargo con solo una noche alcanza para comprobar la buena salud del Festival a nivel musical y convocatoria.
No es la primera vez que uno se pregunta qué tan bueno, grande y fácil podría llegar a ser todo, si así como por ejemplo El Mató a Un Policía Motorizado puede llenar Niceto varios días consecutivos (lo cual han logrado con sobrados méritos, dicho sea de paso), cualquiera de las bandas que tocaron varias veces acá pudieran hacer lo propio, ya que a nivel musical TAN lejos no están. ¿Será el público y una cierta “comodidad” de ir mayormente adonde van sus amigos, a lo que sale en las revistas o llega a las radios?, ¿Será el medio que no se anima a apostar por bandas nuevas hasta que ya no le queda más remedio? ¿Tal vez un poco de las dos cosas?. Muchas preguntas que quién sabe si tendrán respuesta alguna vez. Lo cierto es que la existencia de este tipo de espacios (y sobre todo su continuidad e incluso crecimiento y potencial reproducción) depende un poco de todos los que se pueden llegar a interesar por este tipo de música... que (lamentablemente) no somos tantos y nos conocemos mucho. Si encima algunos (por suerte los menos) se preocupan en buscarle el pelo al huevo en la forma de un fantasmal costado político/oficialista que roza la ridiculez en lugar de apoyar o proponer algo propio, la cosa muy lejos no va a llegar.
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