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FESTIPULENTA #20 (DIA 2)
02/03/2014 - Club Cultural Matienzo

Por: Fernando Stefanelli - fernando@recis.com.ar

5 años de Festipulenta llegando a las 20 ediciones. Mucho número redondo como para no hacer algo especial. Y así fue, dejando la habitual sede del Zaguán, el festival se mudó al nuevo Club Cultural Matienzo. Pero eso fue lo único que cambió. El resto, lo de siempre, tal vez corregido y sobre todo aumentado.

Lo dicho, esta edición especial planteaba la clásica doble fecha, pero con el agregado de un par de extras como lo fueron un par de acústicos y sobre todo sumar expresiones artísticas afines al mundillo Pulenta tales como Más Poesía Menos Policía y la Sesión Ultravietnamita, consistentes en lectura de poesía en uno de los espacios con balcon del primer piso del Matienzo. El día anterior habían pasado Reno, Mister, Los Rusos Hijos de Puta, La Ola que Quería Ser Chau, Los Espíritus, Olfa Meocorde, Acorazado Potemkin, Sr Tomate y Fútbol y esta noche de domingo planteaba un cartel igual de interesante.

Con una puntualidad no muy habitual que digamos (?) segundos después de 20:30 arrancaba el primer acústico, a cargo de ANTOLÍN, que en esta oportunidad se la bancó solo con su guitarra y una amplificación mínima para entretener a un público muy atento y aplaudidor. El show fue de menor a mayor y con el último tema, “Días del futuro”, incluso la gente terminó sumándose a cantar, constituyendo el primer gran momento de la larga jornada. Tal fue la recepción del respetable que obligó a Antolín a vencer su timidez y hacer un bis (“Amor y Joyas”, si no recuerdo mal). Un comienzo auspicioso.

Casi inmediatamente se podía ingresar a la sala (los acústicos eran en el patio), donde ya se escuchaba a LOS TOTALES. El cuarteto de Berazategui había editado físicamente (en CD y cassette) hace muy poco su más reciente disco Pop Chabón, basando la lista mayoritariamente en sus canciones. Vamos a caer en el facilismo de usar ese nombre para describir lo que hacen porque, efectivamente, se aproxima bastante a la realidad. Bah, son canciones indie rock (y no, por fortuna, la interpretación literal del nefasto “rock chabón” en versión pop), cuyas letras no se gastan en metáforas sino que más bien se basan en una temática de barrio en el sentido de reflejar historias de la vida cotidiana: laburos, chicas, futbol, y ese tipo de cosas con las que cualquiera de nosotros puede identificarse. Un poco por eso, otro porque los temas eran todos bastante up tempo y porque estos muchachos se notaba que estaban transpirando la camiseta ahí arriba, debo decir que esta fue una buena primera impresión, y como todos sabemos, esa es la que cuenta.

El segundo acústico nos llevaba al patio nuevamente. Ahora estaba Javi Punga bajo el nombre de su proyecto acústico PUNGATROIDS. A esa altura, la gente ya había llegado en mucho mayor número y era casi imposible acercarse mucho hacia donde el sonido era claro (es decir, la parte de adelante). Es por eso que luego de una breve excursión para sacar un par de fotos, hubo que conformarse con escuchar desde el fondo. La particularidad fue que el set se basó en todos temas nuevos, que según dijo Javi, era así para que quede como que la primera vez que los tocó fue en los cinco años del Festipulenta. El caudal de la gente no le dejó más remedio a este cronista que ingresar a la sala nuevamente, escala técnica en la barra mediante, para preparase para lo que seguía.

El gran momento de BESTIA BEBÉ volvió a confirmarse en el escenario del Matienzo. Con solo un disco bajo el brazo (editado el año pasado) han logrado tocar por todos lados e ir armándose de un público bastante fiel (en esta oportunidad había incluso un montón de nenes de menos de 6 años o algo así, re copados. Podemos afirmar que las futuras generaciones no están perdidas), además de contar con mucho apoyo de sus colegas (se vieron casi tantas remeras de Bestia Bebé arriba como abajo del escenario). Largaron con “Estamos bien” y al toque se armó un pogo que no pararía con los nueve temas restantes. No faltaron los clásicos cánticos futboleros (una temática recurrente al menos en este disco, basta fijarse en el arte… aparte, tuvieron la genial idea de regalar fixtures del mundial, además de las calcomanías de siempre) y no casualmente entre las canciones más festejadas podemos contar a “El Uruguayo”. El cierre vino con “Patrullas del Terror”, con voz invitada (Ronald, según mis notas), en lo que fue otro buen show y ni habíamos llegado a la mitad de la velada.

En una de las habitaciones del primero piso del Matienzo, con un sonido mínimo y la luz de un velador, estaban largando las lecturas de Poesía, en esta ocasión a cargo del colectivo SESIÓN ULTRAVIETNAMITA. Comenzó Julia González con un texto que incluía a los Hablan Por La Espalda y luego seguirían otros autores a lo largo de la noche, pero era hora de volver abajo porque ya casi arrancaba la siguiente banda.

Hace algún tiempo entrevistamos a los PERDEDORES POP, la banda de los hermanos Rial Ungaro, reformada hace un par de años luego de su primera etapa en los ’90. Ahora son un quinteto (sumaron una tecladista y hay nuevos bajista y baterista en reemplazo de Mariela y el recordado Charly Piesco) y claramente lo suyo resultó una buena manera de bajar un poco la intensidad luego del pogo de Bestia Bebé y lo que vendría después con El Perrodiablo. Acá la cosa iba más por el lado de escuchar las canciones, la gente así lo entendió y por ende la cosa transcurrió de una forma más que agradable.

Se acercaba la medianoche y ahora era el turno de EL PERRODIABLO, probablemente LA banda para ver en vivo (segunda vez que los veo y no hicieron más que confirmar que más allá de lo que suenen en los discos, en vivo tienen un plus). Así como con los Perdedores Pop el plan era escuchar y mover el piecito con las canciones, acá la cosa la va más de sangre, sudor y lágrimas: los equipos a 11, Doma que extiende los límites del escenario hasta debajo del mismo (!) y allá van sin sutileza alguna, palo y a la bolsa durante lo que dura una decena de temas que termina con el cantante gritando “te re cabió” subido a dos cajones de cerveza. Rock en su estado más puro, digamos. Ah, y de lo mejor de la noche sin duda alguna.

Sin tener quizás tanto que ver “generacionalmente” con las bandas más jóvenes del mundillo pulenta, Manza y los suyos tocaron en varias de las ediciones del festival y a pesar de lo dicho, no desentonan ni en este contexto ni tampoco en otros como puede ser telonear a Lee Ranaldo o Bob Mould. A todas luces una virtud, y para referirse a ellos, este cronista va a tener que repetirse (por enésima vez en varios años… pero bueno, el público se renueva) y decir que es casi imposible aun para el oyente más casual del mundo no disfrutar a VALLE DE MUÑECAS haciendo una decena de sus mejores canciones. Y si encima te gusta la banda, la cosa es aun mejor. ¿Ejemplos?: “Ni Un diluvio más”, “Días de Suerte”, “Cuentos para No Dormir Jamás” o “La Soledad no es una Herida” eximen de la necesidad de más pruebas.

Otros con un presente más que auspicioso son los 107 FAUNOS, con el inminente lanzamiento de su esperado cuarto disco (que si mal no recuerdo, presentarán el sábado 12 de Abril también en el Matienzo). No debe ser muy errado atreverse a decir que son la banda-emblema del festival (esta era la séptima vez que tocaban) y no resulta extraño que su set sea el único en el cual ubicarse para sacar fotos con cierta comodidad resulte virtualmente imposible, ya que ese pogo “amable” que caracteriza sus shows tome por asalto las cercanías del escenario. Algunas canciones del mencionado nuevo disco, como “La Plata” mechadas con las de siempre pasaron más que rápidamente. Tal fue así que el público, luego de que se despidieran haciendo “El Elmo”, prácticamente los obligara a tocar “Pretemporada” empezándola a capella y al finalizar, se cantaran casi toda “Incertidumbre”, mientras la banda saludaba y empezaba a dejar las tablas. Por suerte, en un par de sábados habrá revancha y con un show seguramente más largo.

Ya eran como las 2 de la mañana del domingo y la incógnita de la “Sorpresa” anunciada en el programa que te entregaban a la entrada se develaba: Maxi Prietto y Mariano Castro, es decir PRIETTO VIAJA AL COSMOS CON MARIANO volvían a los escenarios. Poco más de media hora de canciones con olor a cuelgue psicodélico, blues y rock alternativo en las que la química entre la SG de Prietto y la batería de Mariano era total. Otro momento para bajar un poco la adrenalina, rendirse a la escucha atenta y dejarse llevar

El cierre, como en algunas pasadas ediciones, estuvo a cargo del trío post punk MUJERCITAS TERROR. Literalmente arrasaron con los sobrevivientes de la larga velada, a caballo de la batería asesina de Federico Losa y las descargas de Daniela y Marcelo, que también se alternaban en las voces. Aun sobreponiéndose a problemas de retorno que no pusieron del mejor humor al guitarrista (se lo notaba fastidiado sobre el final, cuando luego de los reiterados reclamos el sonidista dio en la tecla y pudieron hacer un bis) su performance estuvo a la altura de las circunstancias y resulto un más que digno cierre al festejo cumpleañero del festival.

No mucho más que agregar, esta versión XL del Festipulenta tuvo todo lo bueno que le conocíamos, pero con el plus de haberse llevado a cabo en un lugar más grande y de ampliar un poco más la paleta “disciplinaria” con la poesía. Si bien la cantidad nunca fue sinónimo de calidad, sería un aliciente que lo visto este fin de semana pueda convertirse en el “piso” del festival para futuras ediciones, como para que todo esto continúe creciendo.

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