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FESTIPULENTA #25 - DÍA 4 27/02/2017 - Club Cultural Matienzo Por: Rodrigo Capeans - rodrigo@recis.com.ar
 Aún con las tres noches anteriores todavía frescas en la memoria, nada nos podía preparar para el gran cierre de la más reciente edición del Festipulenta. No sólo por los nombres de los artistas, variados y para todos los gustos, desde la ofensiva punky de Los Rusos HDP a la mística power-popera de Valle de Muñecas o el set acústico de GAN, sino también porque sería la jornada más larga y exhaustiva de las cuatro: poco más de 7 horas de duración, un desafío titánico por donde se lo vea. Pero nos gusta tanto pero tanto el festival –la música, la onda y todo eso que nos causa- que hasta nos podríamos haber bancado un par de shows más. ¿Para cuándo la edición 24 hs?
Mientras dejamos la pregunta en el aire, lo del lunes de carnaval va a tener que bastarnos. Y la cosa arrancaba como las noches previas, en formato acústico: en este caso, el maestro de ceremonias era GAN, siglas de Gustavo Álvarez Núñez. Para el que no lo tenga de nombre, los pasos de Gustavo hay que rastrearlos en Spleen, banda del under de finales de los ‘90, responsable del álbum de culto Travesía Ideal. Ahora la vuelta al ruedo del también periodista y escritor va por el lado de la tradición cantautora: guitarra y voz, aires folky, cuidado en las letras. Hubo presentación de temas nuevos, pertenecientes a su disco debut Tierra Baldía, pero el final venía en clave de recuerdo con “Ser Feliz”, del previamente mencionado Travesía…. 20 años después, la canción no perdió ni un ápice de frescura.
Para las 22 horas nos esperaban ya en el escenario LOS BLUYINES, primera banda de la noche. Si bien comparten más de un rasgo común con otros grupos jóvenes actuales, como la procedencia de La Plata, uno de los epicentros de la nueva camada musical, su sonido no le debe tanto al indie y al alternativo como suele ser la regla sino que también bebe de las aguas del rock más clásico. Aquel de pantalones rasgados, de cerveza fría de por medio, de remera rolinga y solos de guitarra vieja escuela. Quizás por esta razón y por otras más es que cerca del final nos presentaban sus propias versiones de temas de Pappo y los Rolling Stones: para hacer las cosas bien, primero hay que aprender de los maestros. Show redondo, que seguramente funcionó de carta de presentación para más de un espectador.
Con similares intenciones rockeras se subían al rato los también platenses HOJAS SECAS. Para el que los haya visto en vivo –y nosotros lo hicimos, más recientemente en el Festi LAPTRA de fines del año pasado- sabe que en el directo la banda es pura energía. Energía que, ante todo, saben transmitir: el público salta, corea las letras como si la hubiesen escrito ellos y la entrega es total. Tan así que una guitarra con problemas (algo que se mantendría durante toda la presentación) no pudo dañar el show, potente como se lo esperaba. Temas como “Convidé” o “La Vida que te Embrolla” fueron los encargados de llevarse los primeros pogos de la noche, con todos yendo al frente y bien cerca del escenario para gritarlos a la par.
Ya era de medianoche cuando el turno de que se presentaran los VALLE DE MUÑECAS llegaba. No hubo contratiempos ni problemas técnicos, tampoco grandes sorpresas: solamente el grupo tocando, y eso nos alcanza. Se trató de la primera vez que este cronista los ve en vivo (aparate de un mini-show acústico para una edición de La Noche de las Disquerías), y permítanme usar la primera persona para hacerme cargo de un comentario: mientras los escuchaba tocar, el punto de referencia que primero me vino a la cabeza fueron los Hüsker Dü post-Zen Arcade, cuando los estadounidenses dejaban de lado el sonido hardcore más directo pero conservaban su energía, ahora al servicio de canciones de sensibilidad más popera y pegadiza. En cualquier caso, esto es obviamente un elogio, y para cuando Valle de Muñecas se despedían con “La Soledad no es una Herida” la sensación era indudablemente de satisfacción.
Con VIVA ELÁSTICO en el escenario pasadas la 1 de la madrugada entrábamos ya en los tres últimos show de la noche. Presentación sobria (“esto es Viva Elástico” ) y rápidamente a las canciones, primero con “Vuelven” y al instante “Complejo Adolescente”, ambas de su álbum homónimo del 2009. Pero era a partir de “El Dato” (ese de su segunda placa, del 2012) que las cosas tomaban verdaderamente color: la banda se soltaba más, y el público se lo hacía saber saltando y cantando a la par. Un Alejandro Schuster enchufadísimo, gesticulando teatralmente tras cada letra (marcas de un buen frontman) nos comentaba al rato que también iba a haber estreno con la presentación de Verano Kamikaze, del esperado disco sucesor de Agua, Sal y Fiebre. No sería la única sorpresa ya que al poco tiempo invitaban a Fernando Blanco, guitarra de Valle de Muñecas al escenario, antes de cerrar con uno de sus mejores temas, “Las Motos”.
El flyer del evento en Internet no lo decía, pero todos los que habían agarrado el cronograma impreso en el Matienzo habían notado que la cuarta noche venía con algo raro: a la hora en que normalmente se terminaban las fechas figuraba “Banda Sorpresa”, y el show de cierre estaba corrido un turno más tarde. Iba a haber más música, y no sabíamos de parte de quien. O eso por lo menos hasta que los Viva Elástico nos adelantaban la respuesta, al final de su presentación: “¿banda sorpresa? Eso no se puede decir… ¡Es BESTIA BEBÉ!” .
Así que cuando los Bestia se subían al escenario nos lo veíamos venir, sí, pero igual difícil es que hubiésemos podido estar listos para lo que nos tenían preparado. Si nos atuviésemos a ciertos datos (la introducción con el ya clásico canto de “jugadores / la concha de su madre / a ver si ponen huevos…”; el cierre con “Lo Quiero Mucho a ese Muchacho”; varios temas infaltables que precisamente no faltaron) la cosa podría parecer que tuvo tintes de repetida; de ya haberla vivido. Pero nada más lejos de lo que pasó: los muchachos aprovecharon la ocasión para rodearse de buena compañía, y casi todos los temas contaron con otros músicos de la noche como invitados. Lucas de Hojas Secas para cantarnos “Patrullas del Terror”, Manza de Valles de Muñecas en voz para “Sabés! ” y Tomás Vilches de Los Bluyines con su guitarra en “Fiesta en el Barrio” son algunas de las postales que nos llevamos de la presentación, emocionante y celebratoria del catálogo de una banda que con solo dos discos ya es enorme.
¿Estábamos cansados para cuando ya cerca de las 4 (!) se subían LOS RUSOS HIJOS DE PUTA a cerrar el festival? No vamos a mentir: un poco sí. El calor pegaba duro y hay un límite a lo que un ser humano puede moverse sin cansarse en el proceso, sobre todo si también te habías hecho presente en las noches anteriores. Pero durante la poco más de media hora que duró su show, no nos importó: saltamos y gritamos como si recién llegáramos, frescos como una lechuga. Porque el que conoce a la banda, sabe que no hay mejor forma de describirlos que con la palabra punk, incluso cuando no siempre suenen de esa forma. Es por la actitud y la energía, aquella que les sale tan natural y nos transmitieron con tanta polenta. Grito de UN DOS TRES CUA antes de desatar el infierno; Julián Desbats pidiendo que le suban la voz cuando ya estaba alta de por sí para que nos pegue aún más duro; la Rusa gritando “TU MAMI NO ME QUIERE TU MAMI NO ME QUIERE” y otro puñado más de momentos caóticos, intensos y geniales para coronar la noche de la mejor manera posible.
Y luego, ahora sí, el final. Ya estábamos más cerca de la hora del desayuno que de la madrugada para cuando abandonábamos el Matienzo, cansados a más no poder pero en igual parte satisfechos. Podríamos concluir la nota haciendo un balance de las 4 jornadas y hablar un poco sobre lo que importa el festival para la movida independiente; sobre el presente del under argentino y un par de tópicos más que bien merecen su buena cantidad de párrafos. Pero eso sería darle aire de despedida, y nos rehusamos a decirle chau al Festipulenta. Mejor un hasta pronto, y que se repita. Realmente podríamos bancarnos una versión 24 horas, ¿no?
Las fotos son de Nadia Guzmán (muchas gracias a ella y a ArteZeta por dejarnos usarlas)
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